Se rompio el negro,
y un llanto emano,
fuiste tu que por amor
a mi sufrio...
pasado el tiempo,
te conosco como madre,
mas se que eres
una amiga, consejera,
aliada y en ocasiones
mi jueza...
ja!
pero hoy aqui parado
te quiero decir:
Madre,
eres aquella bendicion
que no pedi,
pero que a pesar de todo
recivi,
con mis faltas y aun asi
Dios decidio que fueras para mi...
Oh, recuerdo esos dias en que lloraba,
a lo mejor por mi 1º desamor,
y tu secabas mis lagrimas,
diciendo:
Anda que el seuño no se pierde,
sentir no es malo,
quedarse si lo es...
porque sin que te lo pidieran,
sin importarte, tu me amaste,
y das todo por mi,
y por ti hoy estoy aqui,
parado frente a ti,
por que acudiste a ese llamado divino,
que era protegerme,
enseñarme,
para que hoy fuese yo
una persona recta ante Dios;
y la más grande ovacion
te quiero entregar,
¡porque el primer lugar te has de llevar!...
y aun asi, tu enseñando a este humilde poeta
a escribir, cuando llevavas mi mano por ese lienzo,
y hoy mis palabras, mis actos o lo que piense
queda a una escala tan baja
para poderte agradecer, todo lo que me has dado...
esas noches sin dormir, porque un fantasma anda por ahi,
mas creo que era, tu ausencia la que me hacia llorar,
esas caidas, juegos, bailes, cantos y demás
te los agradesco...
mis palabras quedan al aire,
porque aun asi no logro expresarte
cuan feliz soy, cuanto te amo
y cuanta falta me haces
cuando tu te vas...
Hoy solo quiero decirte,
TE AMO MI AMADA MADRE!!!
F. Eduardo Liévano