Te echo tanto de menos...
simplemente a través de mi inútil varillaje,
compongo listas para entregarte.
Oigo a penas lo que puedo en mi mente,
en una locura desigual,
lucho contra mi lucidez,
miro las estrellas por las noches
y siempre creo adivinar cual eres,
desprendes una velleza revelada.
Mi cuerpo siempre cae al final
roto de amargura,
sangrando en mi corazón.
Nó, ya no soy el hombre alegre,
ya no piso la calle cantando,
ya sucumbo a mis coleras reprimidas
y la luna guiandome
através de la noche,
mutilados mis sentimientos
en el silencio... caigo derrotado.
PM. Pedro Monroy Gemio