Corre el tiempo, pasa, no es detenido
-no existe el tiempo, tú y yo sí existimos-.
¿O somos ilusión? ¿Tampoco fuimos?
Llorando, pues, nace el hombre venido
a esta tierra dura en que transcurrido
el tiempo nos vamos como vinimos,
que somos nada ,tierra, polvo, huímos
a un espacio infinito, no sufrido.
Al caer de la tarde soy encorvado,
y la mente no tiene lucidez,
y el impulso genital no es subido.
Vacío siente el corazón, no amado.
Asomado el tiempo de la vejez
no goza ya del amor, que se ha ido...
(Salvador)