Yo quiero ese clavel
que guardas con celosía,
lo quiero en mi vergel
que luzca con alegría,
de tus manos en dosel
ponme ese clavel en rama,
que en mi pelo luzca a granel
a juego con mi boca grana,
pero ten cuidado, Rubén,
cuando lo prendas cercano,
no confundas mi nombre
con Daniela o Raquel
y te muerda la mano.