la flaca

Talleres de invierno!!!

 
52.

Está bien si me reprochas y dices que me equivoqué en todo esto, está bien si me entierras con tus  palabras, al final de cuentas me acostumbré a equivocarme, supongo que fue exceso de expectativas, pero vos te acostumbraste a echarme encima toda tu verborrea, hablás más de lo que vivís y yo nunca te reprocho que me tengas como blanco y que lances los dardos desde ese ser humano imaginario que hace nido en tu conciencia.

 

Sabés mi equivocación siempre fuiste vos, he tenido siempre el mismo problema, o demasiada realidad o una distorsión casi imperdonable de la misma, así nos acostumbramos a vivir!
 
 
53.
 
Un cuerpo, un cuerpo sobre la frialdad que deja la distancia, ¡eso es la distancia!, sólo frío y cuerpos en abandono, un cuerpo que se volvió el síntoma de una peste interna que llaman deseo y que evitan con un placebo que llaman orgullo, manteniéndolos en inanición!!
 
 

54. 


Fue en un bar, estas historias no tienen otro sitio, empiezan siempre en el lado débil, los bares son esos pequeños núcleos que nos informan sobre las principales características de nuestra especie, en los bares pasa una de dos cosas o las dos cosas a la vez, la gente aparenta ser lo que no es y por ello nos dice mucho de sí misma o la gente es lo que puede ser y nos dice casi todo de sí misma, la cuestión es aprender a identificarlas...
 

55.
 
No fue fácil, fue como pudo ser, doloroso, abrumador, casi fulminante, un choque rotundo contra un iceberg despedazando todo dentro, nada ni en el pecho ni en la cabeza me quedaba, fui parte de esa humanidad que me ha parecido siempre una mole caminando a diferentes precipicios, estaba ahí al borde como un número más y fue les juro lo más doloroso que descubierto y aún así he sobrevivido!
 
 

56.

Se tornó tan simple, hoy parece una costumbre, pasar de cerca, cruzar la calle, en qué punto comienza uno a deshumanizarse. En cuál de todos los virajes desviamos nuestra alma, hoy no se siente sino lastima, cuando de una cuadra a otra hay seis desahuciados sociales, se te va acumulando también la indiferencia.

 

Nos sos dios pero si su artífice, entonces desgraciadamente te ves obligado a la misericordia, ¡no inventes dioses sino vas a reivindicarlos con tus actos!, y en este punto es donde yo exijo una respuesta, si al final de la calle sólo estas tú y el mendicante, cara a cara, vida a vida, ¿necesitas a dios mediando entre animales?, ¿que pide la mano que se extiende? acaso pide cristos, beatos, milagros, ¿no es acaso comida o que detengas tu paso?, ¿no puede el humano dar aquello sino ha inventado un dios que lo mueva?,¡maldita sea!, tantos dioses también mendigos de algún atisbo de humanidad.