MANZANILLA

LA CASTAÑERA DE MI PUEBLO...

Más o menos era así, debajo un fuego

de brasas de carbón, y sobre las dos horquillas

se ponía el bombo, con una pequeña puerta

por donde se echaban las castañas crudas

se avivaba el fuego y a darle vueltas y mas vueltas

a la manivela para dorar las castañas,

era una señora mayor y gruesa que se ponía

ya anochecido, con un frío que pelaba

a la entrada del parque, donde pasaba la gente

camino de la calle de los paseos y paso obligado

también a los tres cines que había

¡ Castañas calentítas ! y estaban que quemaban

¡ Déme una peseta ! se pagaba y se soplaban

y cinco a cada bolsillo, para calentarse las manos

 al cine, que allí sabían a gloria, viendo la película

aquello ya pasó a la historia como todo

ya desapareciéron los tres cines antigüos

que con sus canciones alegraban el pueblo

invitando a su proxíma función de tarde o noche

tambíén se fué la voz de la castañera

con ella se matarón los recuerdos, si preguntas

nadíe la recuerda, todo lo de antes ha muerto

el mundo sigue girando, cada día un poco mas lento

y en un momento cualquiera puede ser

aunque no se quiera, asistir a nuestro propio entierro...