clonariel

TARDE DE INVIERNO

Luz de violento jazmín en el caparazón
del frío.
Mi alma reposa como un oscuro diamante.
¡Ah, tarde del súbito éxtasis!
La brisa muerde mi cabellera obnubilada,
y mi carne está soñolienta.

 

¡Que dulzón es el frío en este día!
¡Que dicha rápida me encierra!
Por mi va subiendo un tibio arroyo
atardecido.

 

Lejos, un ave cuelga solitaria en el cristal
del firmamento.
Mi corazón es una estatua, callado
y seco de distancias.

 

Mar muerto, en mi silencio, va mi lamento,
que en mi ser fue puntual daga.
Ahora el sol es un caballo galopante
en mi patio ennegrecido.