Es una virtud que se apaga en la fonación,
En tu suspiro un sinónimo de ello,
Como un cierzo azuzando la gracia,
Es tu ilimitada forma de amar,
Cuando me ves con esos ojos de olivo,
Mientras la lanza de la fecundación
Atraviesa las colinas del pubis,
En el fondo del fiordo genital,
Ahí se rompe tu virtud,
Con un suspiro zigzagueante,
y una mirada de eterna memoria.