Mira niña. dejemos esto claro.
Piel morena, labios de fresa, lunares y divinas pecas.
¡Cómo envídio a quien las besa!
Cabello sedoso, muslos duros,
vientre plano y pies descalzos.
¡Cómo te desean mis brazos!
Sales al bosque y los naranjos dan fruto;
desde lejos te veo, de lejos de admiro.
¡Cuánta pasión vive en tu boca!
¡Cuánto brillo, cuánto fulgor!
Descuida niña, le hablaré de ti al que me
pregunte por perfección.