No tengo alberge,en esta noche fría.
Tengo el pecho destrozado,
porque a sido,mellado mi escudo.
Ante el peso del mal,cedo y me inclino.
Un cuervo odioso,ve de lejos mi agonía.
Ruido de mil cañones y relámpagos,
mecen mi cuna,
y temeroso,escondo la cabeza,
en el rincón de mi ala quebrada.