Unos violines me acompañaban ,
en esta tarde que se despedìa ,
dejando en mi vista ,
la belleza de los àrboles ,
que lograba acariciar por las ventanas .
Su aroma de frescura ,
mi mente absorvìa ,
una calma se aparcèla en mi alma ,
gozando la serenidad ,
que la vida me concedìa .
Los motores de la prisa ,
podìa escuchar ,
màs en mi eso no me hacìa
tener celeridad .
Mi corazòn me regalaba tranquilidad ,
observando que la noche ,
pronto vendrìa a mi encuentro .
Y me llevarìa en sus alas ,
a esos mundos ,
donde me siento màs confortable .
Los sentimientos humanos ,
saben gozarse de la paz ,
y esta si queremos ,
la sabemos encontrar .