Cuando el viento sopla hacia el norte
un hombre naúfrago dice tu nombre.
En susurros te llama,
pero por dentro te extraña.
En lo profundo del mar
animales marinos mendigan su amor
de tanto que dice aquel hombre:
Te extraño corazón.
Olas negras azabache
no rompen la esperanza de aquel hombre
que entre murmullos deja su alma
y por ti se quita la máscara.
Pirata que entre el océano navega
pasando por olas incipientes
dejando atrás su pasado
para continuar su presente.
Sueña con un beso de los cálidos labios
de su aventurera amada,
y espera llegar pronto
para entregarle los suspiros que se guarda.
Ese hombre, del que tanto me hablas
está en el despierto horizonte
buscando cada mañana
una alegría porque tú le haces falta.
Ese hombre, que sueña despierto,
que se mantiene en su postura;
detiene el tiempo con cada palabra
mientras su vida aún no acaba.
Ese hombre, llamado Franco
es más franco que su nombre
pues el amor que tanto anhela
no es mitigado ni por tu ausencia.
Ese hombre, al que tanto tú amas,
viaja por las olas
contra el viento,
contra las mujeres.
Ese hombre
es llamado marinero.