DISCURSO
Personas que hoy me leen:
¡Buenos momentos!
Habla mi silencio
rezagado tantas veces; acallado por gestos,
amenazas y mis propios temores.
Su entonación será distinta a la que hubiese dicho
en aquel oportuno momento,
aún así, será mejor que volverle a enmudecer.
Hoy, aunque tal vez es tarde,
habla libremente, sin censura...
pide a mis labios le expresen lo que siente:
- Atrévanse a cultivar en la seriedad opaca
bienes generosos
que las manos urgentemente necesitan
para gratificar sus almas.
Avancen por túneles oscuros del pecado,
desmalezando con sus mejores sables
arraigados genes que entorpecen.
Vibren cuando palpen aquellos sueños irreales
que se deslizan esquivos frente a sus narices.
Aplaquen el zumbido estridente de voces
que vienen a contaminar virginales oídos
y a cambiar sus convicciones.
Gocen también de tempestades,
alojan gratuitas en la imaginación.
Escuchen, después hablen.
Dense todo el tiempo para oír...
enseguida, si queda tiempo, digan lo perfecto...
¡Ah! si queda tiempo
no es lo mismo a que no se lo den.
¡Tómenselo! ¡ Hablen...!