No tendrás que esperar algunos años
y ahorrar un buen dineral para tomar un avión
y pasar unos escasos segundos en algún paraíso lejano,
como turista.
Al paraíso ya lo estás habitando.
Acomódate donde quieras,
tu lugar no es del tamaño de una caja de zapatillas.
Tu hogar es el mundo entero.
Y aunque está planeado para que así,
no funcione,
para que no conozcas mucho,
una buena noticia es saber que el mundo
no está privatizado,
no todo tiene dueño.
No obedezcas al peinado de moda,
no escuches y bailes lo mismo que bailan todos,
no agaches la cabeza ante los políticos,
los líderes religiosos y los patrones.
Obedece a tu conciencia,
no te niegues,
no te conformes con “lo que hay”,
mira detrás del espejo,
cuestiona,
ponte reflexivo.
Duda,
duda siempre.
El televisor y la radio,
a veces mienten.
No inclines la cabeza,
sé la máxima expresión de ti mismo,
aquella que irradia la parte más auténtica de tu corazón.
No recojas las migajas, atrévete a tomar el pan entero.
Usa el tiempo a tu manera,
cada instante bien aprovechado,
vale más que oro.
Esfuérzate,
pero sin pisotear cabezas.
Diviértete,
riéndote con el otro.
Consuma tu rebeldía
con la genuina revolución del amor
y del encuentro con uno mismo.
Las verdaderas alegrías son perdurables.
Haz amistades,
siendo transparente como el agua que zurca los arroyos.
Recuerda que tú eliges.
No le eches la culpa al resto.
Asume la total responsabilidad de tu vida.
No compres rejas ni perros guardianes
sin tener antes presente que el miedo
no está en otro sitio más que en nuestras mentes.
Si tienes mucho que perder,
quizás desde un comienzo no deberías haber acumulado tanto.
No olvides alimentarte,
no solo con cosas que nutran tu cuerpo,
sino también con momentos que llenen tu alma.
Ya deja de quejarte,
es hora de empezar a agradecer.
Confía únicamente en tu familia,
que de hecho son todos los habitantes de este planeta.
Tal vez las pastillas para dormir,
relajarse
y no enfermarse
sólo sean un cruel sustituto
de nuestros momentos de contemplación
y meditación.
Dedícate unos minutos
de todos los que tiene un dia
para respirar profundo
y escucharte con atención.
Eres el rey del mundo,
de TU mundo.
Sé un buen habitante,
lo cual significa que seas fiel a tu libertad.
Dale para adelante.
Agarrale bien fuerte la mano al amor
y no se la sueltes
hasta que haya llegado el momento
de encontrar la paz.
Deja de inventar problemas,
es más creativo,
inventar sonrisas.
Haz lo que te digo
o crea una alternativa,
eso, queda en vos.