¡¡¡ VERSOS DESDE CÓRDOBA !!!
*** Versos de la Rosa ***
Como sobrevive la humanidad exangüe con atroces guerras
esta larga historia conocida de su humanidad es testimonio,
morimos empapados todos los mortales en tu propia sangre
no podrías ignorar crueles guerras resueltas sin Humanidad,
somos una epidemia destructora entre sus sistemas solares
donde sus hombres se diferencian por su generosa crueldad,
cuando se conseguirá esta esperanza de paz entre humanos
es su odiar del hombre la raíz del caos que vierte su sangre,
pistola, fusil, metralleta, cañón, bomba, son armas de matar
todas matan, unas más que otras, pero el resultado es letal.
El fabricante de armas se forra creando litigios sangrientos
aunque este negocio de muerte tiña con oro su alma negra,
los opresores se inventan artimañas para su guerra privada
armas más baratas que alimentar el hambre de los pueblos,
es el pueblo que sangra en la calle lo inevitable de la guerra
seres que antes eran vecinos ahora se maltratan sin piedad,
empapados con la podrida propaganda del hedonismo cruel
son las víctimas inocentes que sufren el martirio de muerte,
envidian medallas con cruces de oro y rojas como su sangre
colmando de oro sangrante las ansias de los armamentistas.
Delirante por la monumental catarata de sangre derramada
le roge a Jehová la opinión divina por tanto loco salvajismo,
pero el divino creador de los hombres guardó rígido silencio
diciéndome oído que su crueldad y la avaricia son humanas,
porque su guerra es para el mortal como su aire que respira
anunciándome que el mortal es la propia esencia de muerte,
nada nos conmueve a los gavilanes de tal ambición humana
ni un niño abrasado por el napalm ni mil ancianos sin hogar,
las casas y los pueblos destripados por las bombas de acero
están todos envueltos en la vorágine de esta anarquía total.
Mil mujeres pariendo en las ruinas un bastardo de su milicia
son sólo bestias inmundas alimentando ese poder de muerte,
una marcha militar acompaña a todas las viudas de la guerra
otorgan a sus madres su condecorada cruz a cambio del hijo,
como ese cementerio ordenado por su generosidad castrense
leyendo muy fuerte los nombres de los sacrificados de honor,
con teatro de General saludando ante el soldado desconocido
con las madres de soldados confortadas con su trozo de tela,
mientras los fabricantes de esta muerte atesoran su avaricia
su barbarie humana se asola a sí misma sin atisbo de piedad.
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
06 de julio año 2017