Jose Luis Posa Lozano

¡DÉJAME!

¡DÉJAME!

 

Déjame que dibuje con mis labios
el fulgor de tus pechos florecidos
salpicando con pétalos de rosa
tus pecíolos de amor enardecidos.

Déjame que sumerja mi deseo
en el lago frutal de tus marismas,
que mi lengua viajera y soñadora
interprete en tu piel su sinfonía.

Que mis manos se pierdan en tus bosques
descubriendo caminos escondidos
que conducen directos a las simas
de tu cráter profundo y encendido.

Déjame bucear entre tus muslos
enredarme en las lianas de tu selva
y morir de placer entre las valvas
de tu suave y jugosa madreperla.