Había siete castillos alrededor de la hermosa ciudad de San Ángel.
Había siete herederos.
Aquellos hermosos jovenes, quienes tenían dones preciosos, sabían cantar, dibujar, tocar instrumentos con gran habilidad.
Se decía que el mayor de todos que tenía 25 años, era el más atractivo y el más tierno e igualitario, todos eran buenos en realidad, pero
adoraban tanto su vida a esa corta edad que no querían que eso acabara.
Los siete un día se encontraban vagando por el bosque, buscando que cazar, cuando se encontraron con los hombres de capucha negra.
Estos seres podían conceder lo que fuera por un precio alto. Todos siempre decían que no era grato encontrarse con alguno, ya que
te atrapan, su presencía era como un dulce veneno que se introducía en los pulmones.
Estos hombres de capucha negra, les ofrecieron la juventud eterna a los principes, ellos aceptaron y sin saber a que costo, firmaron el trato.
Al pasar los años, se llenaron de dicha de su eterna vida siendo hermosos, juntos se sentían realmente bien, eran una familia.
Pero, el precio iba a ser reclamado.
Los hombres, querían al principe menor, al más inocente y más talentoso, a veces lo llamaban príncipe de oro, porque cuando nació su reino encontró más de 500 kilos de oro en las minas
siendo esto una predicción de que traería esperanza y sería un buen rey.
Los principes mayores no permitieron que se lo llevaran, pero inevitablemente paso la más grande desgracia.
Uno por uno, fue eliminado antes los ojos del príncipe de oro, a algunos hicieron que se suicidaran.
El ultimo en morir fue el mayor de los siete, hicieron que se ahogara en un rió.
Ahora en sus manos, el príncipe de oro esta en un cuarto aislado, pintando a sus amigos a quienes recordara siempre. A pesar de lo que paso, como el precio
fue dado, el se quedo joven para siempre, pero viviendo en cautiverio y esclavo.