¡Dime niña!
¿Sabes el por qué
hoy caminamos de la mano
después de aquel instante
en que nos conocimos
hace ya cuarenta años?
Hoy, te regalo mi secreto
que entre ángeles
celosamente guardado,
el tiempo, entre rosas,
en los azules ha bordado.
He bebido tu sonrisa
que a mi alma alimentó.
Escondí bajo mis labios
tus besos de cerezos
que el espacio avivó.
Cual blanco plumaje
el vergel de tu piel
mis sentimientos arropó
en las entrañas de éste amor.
Tus sutiles caricias
son el ungüento
que al embeleso mantiene
en mi frágil corazón.
¡Gracias, amor mío!
por la simpleza de tu amor
incondicional y consecuente,
con infinita ternura
hoy, beso tu frente.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor de Sentimientos - Argentina
(derechos reservados del autor (*))