Postrado ante tu falda ya sediento,
Me ofreces un reposo en tus orillas,
Atizas con tus orbes mis mejillas,
Y avivas con tu brisa lo que siento.
Caricias a mi rostro son tus vientos,
envuelto en tus jardines de vainilla,
Tú, de geografía tan sencilla...
Silencian tus cantares mis lamentos.
Pasea soledad por mi abadía,
Queriendo arrebatar mis gratos días,
Ansiando poseerme con crudeza.
Resuena en armonía en mi cabeza,
Tu voz ornamentada de belleza;
Que abriga tu recuerdo en melodías.
Dlanor