Otra vida me llama en la lejanía
a través de mares y de dudas
mientras oteo desde la atalaya
de la postrera muerte tan segura.
Entre límites que me acorralan,
con las alas siempre extendidas
a punto de alzar el vuelo,
contenido por las piernas
como raíces en la tierra hundidas
¿Cuándo dejaré la isla de mis tesoros?
¡Tanta riqueza acumulada en el tiempo
a la que deberé renunciar un día!:
Monedas de amores desperdigados,
alhajas de risas entreabiertas
paños de lágrimas resecas,
libros de historias olvidadas,
cofres de ciencia y sabiduría...
Y abandonaré mi isla sin retorno
viviré la otra vida que atisbo
desde esa roca del miedo,
cuando corten mi atadura.
Y volaré entre nubes de temores
volaré surcando el cielo,
planeando a la deriva
a merced del viento
que aplasta y que acuna
esos órganos en ruinas,
con la única compañía de gaviotas y golondrinas