Siento la arena resbalar por mis pies como si caminara sobre las nubes.
Dejo escapar zumbidos desde mi interior, revoloteando la libertad que me produce tu agarre.
El aire fresco golpea nuestros rostros besándonos el alma salvaje y con Malibu de fondo nos volvemos a enamorar de la vida.
Nuestras miradas apuntan al extenso mar y con complicidad nos adentramos en el, como peces independientes.
Notamos que el misterio nos arropa, y que juntos pertenecemos a ese lugar.
¿Nos quedamos por siempre?
Podría vivir eternamente del alimento de tus pensamientos, del calor de tus besos y en el refugio de tu corazón.
A donde sea que vaya, tus huellas me seguirán, bailando al son de las olas de nuestro mar, porque nos hemos adueñado de él, así como del sol que ilumina nuestros sueños.
Si me ofrecieras un viaje a cada uno de los arrecifes, aceptaría sin dudarlo, porque tú, amor, me has enseñado lo que es vivir plenamente.
Ns