Me resulta fascinante aquel sujeto:
¡el soneto!,
aunque pueda parecer que soy suicida,
me da vida,
maquiavélico parece el ovillejo,
¡no me quejo!
Mas afronto la contienda por parejo...
Nada impide que resuelva victorioso
esta meta que me marco, riguroso...,
¡el soneto me da vida, no me quejo!
No quisiera señalarme como tonto,
mas afronto
por derecho, presuroso y sin enmienda,
la contienda,
resolviendo mi soneto y tu reflejo,
¡por parejo!
Autor: Deogracias González