ADANS BECMAN

BARBECHOS DE SANGRE Y ARENA

De los barbechos de la sangre y de la arena

la voz herida, la mano en el pecho

cansada la mirada, maltrecho, pasa

la vida pasa, como tormenta de verano

la luz radiante, me mira, y sigue

errante, su camino, ya solo queda

vivir en la fragua del olvido, la vida

sonoro cascabel, ni perdona, ni olvida

la luna sale, fugaz parpadeo, de la noche

galopan jinetes, en una carrera imaginaria

la arrogancia sobrevive, el alma calla

el viento sopla, las palmeras arropan

y todo pasa con unas prisas desmedidas

subo hasta las encinas, de mi soledad

y la angustia, es ansiedad, en un campo de minas

y a volar, si tienes alas de cristal, como pájaros

que vuelven a un nido que ya no tienen

tengo mi vida compartida entre baches y baibénes

nadíe da lo que no tiene, salvo la vida

si no la ha empeñado, en algún banco del parque

de un corazón enamorado, que se entrega

y dormido, sobre la fresca hierba, pienso

y ando entre bramidos y barrancas, el olvido

se entrega dulcemente, en los brazos 

el regazo y la aurora, amanece, el sol de

una ternura, que languidéce cuando se va

hasta mañana, si es que mañana amanece...

Pondremos sobre la letra el acento...