En tierra de viento y libertades,
con horizonte de brumosa vida,
ansiando abrazos de esas tardes
de ilusión amarrada con brida,
para mantenerla en férrea cercanía,
sujeta con besos pintados de sol,
de luz y estrellas del jugoso mayo,
en que las cerezas prometen sabor
a tu nombre, ese que marca el norte
al que mis pasos se desplazan
mecidos por el viento de libertad,
de frío y vida de estas tierras altas.
Danzando solitario te siento
pegada a mis labios, a mi piel,
a mi espalda de junco cimbreante.
Danza para mí en la distancia
para sentirme, para vivirme
en la noche que el mar
cubre de espuma
que lleva la sal de mi frente.
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