rosamaritza

CAZA ALCOBAS

 

Es un pecado mirarte

Te acercas cual perfumista,
derrochando muchos aromas,
describes con tu mirada,
la aventura deseada.

El roce de tus manos
es sobrehumano,
quema la piel,
y el sudor sabe a miel.

Recorriendo la piel
y saciando la sed,
en el frenesí, 
de un clímax febril.

Hasta que un día 
te vas, para continuar,
amando lo propio
y lo ajeno también.

En la soledad 
de  mi alcoba,
te espero ansiosa
y  tú me devoras.

 

Y la vida continúa …