Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor,
la electricidad y la energía atómica: la voluntad.
Einstein
La Voluntad, la escribo con mayúsculas
porque se lo merece, es la energía que
mueve el mundo, hasta los coches, por
que si no tenemos voluntad no metemos
la llave y si no es así mover un coche se
hace verdaderamente difícil.
Dicen que la voluntad mueve montañas.
Dicen que si quieres puedes, y doy fe
porque cuando he querido realmente
algo lo he conseguido, incluso cosas
que no sabía que quería, o que estaban
ocultas a mis ojos, esas cosas son las
que realmente queremos.
Voy a intentar dar un poco de lirismo a
lo que escribo porque me está saliendo
muy plano; hayá voy...
Querer es poder si lo que quieres es
querido de veras, no con la boca o con
el seso, sino con el estómago, con las
fibras de tu cuerpo que viven ajenas,
arrumbadas en cualquier desván del
pensamiento, esas que no tienen
cerebro para pensar por que solo
pueden sentir.
El verbo querer cabe justamente
en el resquicio que queda entre
el verbo vivir y el verbo vegetar.
Son solo seis letras que generan
cientos de miles de watios de
posibilidad, de certeza más bien.
El verbo querer es la escalera que
el acaso nos ofrece para subir al
cielo a recoger estrellas y jugar
con ellas al pillapilla.
No conozco combustible más
económico y más poderoso.
y más fascinante,
y más ecológico, y más...