Ni a sol ni a sombra, dejo yo esta pena
que enamorada de mi, me persigue
el alma ya está que no vive, y el
tiempo pasa como condena
es alivio tu mirada, es dulzura
y es aliento, un baso de agua
para calmá la sed de mis pensamientos
reloj que llevo dentro, que dá la hora
con acierto, y pasa el tiempo
lloran pétalos de rosas, angustias
como hoces, que guillotínan el trigo
rublicándo, la palabra que no se dice
y se duerme en el sendero la mirada
cansada de soportar el silencio
busco caminos llanos, horizontes nuevos
tierra fertíl donde instalar mi pena
enterrar el pasado, y empezar de nuevo
la tarde cumple condena, llora el sol
y se esconde, le da vergüenza
ver a lo que llegamos los pobres
sin conciencia, el mundo nos trata
haciendo falsas reverencias, que paciencia
loable es el hombre, que siempre dice
lo que piensa,calla y sigue, que remedío
te pisa los talones, la conciencia, y sigues
como puedes, ignorando la existencia...