Si yo viera en tu mirada
en cada ocaso una aurora,
si la brisa embriagadora
de tu aliento me empapara.
Si de mi amor te contara
mientras naufrago en tus ojos,
y al besar tus labio rojos
nuestras almas se encontraran.
Mis palabras amorosas
correrían presurosas
a decirte mis anhelos,
y tu espíritu y el mío,
en un beso estremecidos,
llegarían hasta el cielo.