LA LUZ DEL DIA
De la flor que escondías
brillando el alma,
tiene un aroma dulce
produce calma.
Y de repente,
el nardo mañanero
rejuvenece.
Mira tus ojos niña
cómo relucen,
frente a la flor del alba
y a sus perfumes.
Y si me quieres,
bendeciré tus días
y amaneceres.
Cuando te duermas vida
vendrá la luna,
a custodiar tus sueños
y tu fortuna.
Mira que suerte,
las estrellas a coro
ellas te mecen.
Roberto J. Martín