De golpe vaciaste mi mundo
te convertiste en un poema que siempre temí escribir
el dolor.
Pero no voy a hablar del dolor como un momento suicida.
Quiero enamorarme un segundo de él
y correr el riesgo de morir amándolo.
Si he de soportarlo o si he de digerirlo
debo conocerlo
para saber de qué manera atravesará mi alma.
Voy a quitarle la mordaza que se encuentra a la altura de mi garganta.
para que no se enquiste
para que no me ahogue
para que ningún grito expulse agonía.
Porque nada pierde sentido
enamorarse de lo que te mata
o convertirse en camicase
por aquello que querías.