El alma se escurre entre sombras,
voces susurran maldad,
en el espacio se dilata el cuerpo,
muerte segura detrás del espejo,
mujeres vuelan en el cielo,
solo dos ojos ven el dolor,
esos ojos son los míos perdidos,
olvidados en el tiempo diáfano.
Vuelan las páginas de la vida,
la montaña se vuelve suicida,
el orbe no tiene cabida para el ser.
Los trozos del alma se ahogan,
se marchitan junto al rosal,
el viento trata de animar,
pero el alma muerta está.
La oscuridad se queda con la vida,
la muerte consigue una conquista,
momentos reconfortantes en soldad,
las venas abiertas fluyen junto al rio,
camina mi sangre hasta ese mar,
donde florece mi tempestad.