Carlos C

Milagro

 

Ante el dulce milagro de la carne

que se hace vida, quisiera yo decirte

que nunca dejaría de quererte,

que no me cansaré, jamás, de bendecirte

 

Pues me has dado un hijo, a quien adoro

y me has dado amor, sin exigirme

a cambio más que amor; sin permitirme

confesarme vencido o humillarme.

 

Porque llevas mujer, hoy en tu vientre

un nuevo fruto de mi amor, que en nombre

del insólito proceso de la vida,

es maravilla que aún hace que me asombre.

 

Porque fundo en tu amor mis alegrías,

porque amarte debía ser mi suerte,

nuestras vidas unir, fue mi destino

y perder tu corazón, sería mi muerte.

 

Puedes dormir tranquila, que mi brazo

presto se encuentra aún a protegerte

contra toda desdicha, todavía

lo hallarás decidido, rudo y fuerte.

 

Puedes dormir tranquila, no hay peligro,

acá en mi corazón no cabe más cariño;

Puedes dormir tranquila, que sus puertas

ha cerrado, al entrar, un nuevo niño.

 

Alt Wander, Mérida, Yucatán, Septiembre de 1980