Aquellas letras que escribí mientras volaba,
surcando mares de nubes que atrapaban mis sueños y acariciaban mi cabello como ella lo hacía.
Aquellas letras que escribí mientras volaba,
comenzaron a tener un significado, dedicando cada palabra a lo que ella era para mi.
Aquellas letras que escribí mientras volaba,
se sentían vivas y bailaban alegremente entre el sonido de su voz y su risa.
Aquellas letras que escribí mientras volaba,
salían de cada sentimiento que recorría mi cuerpo al pensarla, efímeros quizás, pero tan llenos de gracia y pureza que se sentían eternos.