Y así comenzaba a terminar
Escuchando tus pasos junto al comedor
En el suelo aguantando el dolor
Con la espalda recargada en el cristal
Sabiéndolo sin entender
Que el búho que criamos juntos volaría para no volver
Que la mariposa que ahora conservo se convertirá pronto en un cienpiés
Que no se me presentará oportunidad de acariciar mas nunca tu piel
Las maletas sobre la mesa,
Mi amor hundido en la tristeza.
Huye de mí esta noche mi princesa
Magnífica es la tristeza de no volverte a ver jamás
Saber que no me perderé más en tu mirada astral
De no volver a bromear con los apodos tiernos
De que todo lo que fuimos lo va a perder el tiempo
Yazco aquí encerrado entre mí mismo sin poder gritar
Viendo las nubes grises reflejadas en las lágrimas que no saldrán,
En las pupilas pardas que las mantienen prisioneras,
Te imploro desde el suelo que me sepas perdonar
Por mi ego de talla descomunal
Por no tomar nada de lo que dices por verdad
Por no ser aquello que mereces amar