Santiago Miranda

El caliz del final


En cuál cántaro se refugia
El canto divino, quisiera beber allí
Todo mi destino de golpe, alcanzar
La iluminación que no es sino una
Muerte que sueña y respira, un sentir
Se por fin completo un no contemplar
La belleza que nunca tendré y que pena
Por las noches más densas de pensamientos
furtivos como esquirlas que entretejen
mi lecho y Que yerran la herida con su toque
oscuro. En fin quisiera el grial desangrado
al fondo, del abismo personal. Seré lo que fui
el desierto más duro de lo real, donde los videntes
de la profecía satelital alucinan por verificar los datos
y las razones que el problema entrega al ser
pregunta sin resolverse en su apertura, un rayo
quisiera ver emerger nuestro dialogo o destino
entre la tiniebla espesa de referencias y certera
mi escucha no es sino un eco pasado del ayer
cuando cuanta manía por llenar y vaciar el contenido
por atiborrarnos prontamente de algo
que estuviera disponible para ser volcado
en este vacío, cuando decimos, tenemos sed
de ser. .