infortunio del destino solemne,
dinamita los sentidos,
explotando en desierto
de sensaciones
que enmudecen mis días
y a las horas...
encarrila en viajes
interminables,
aumentando la ansiedad,
dilatando a los deseos,
aterrorizando a los besos
que en el aire se pierden
y en los sueños nacen,
besos que a tus labios no alcanzan
y a tu piel no humedecen,
besos dulces… besos ardientes,
besos que suplican,
¡no me dejes!!!
en silencio desfallecer
sin saber de tu alma
perdiendo lo que nunca tuve
y lo que siempre amare...
aun sin conocer.