Un atardecer de verano,
golpean las olas con fuerza contra las rocas,
unas gaviotas vuelan sobre el mar
y otras contemplan tu paseo
posadas en las enormes rocas.
Te miro pasear por el borde de la orilla,
tus piernas conmueven al mar,
tu rostro moreno luce sus encantos,
y mientras las gaviotas se desplazan a la lejanía
me cuestiono:
¿Hacia dónde volará mi amor?
¿Dónde se desplazarán mis sentimientos?
¿Qué futuro me espera?