Como suspira el mar, a fuerzas de miradas que le brinda la luna, también suspira el árbol mecido dócilmente por apacibles brisas y lo hace mi alma al beber de tu aliento.
Vives en mi, cuan augurio del cielo…haciéndome soñar saboreando tus besos que me saben a gloria y amontonan mis ansias para dártelas todas convertidas en suspiros.
Tu amor es la canción que oigo repetida y se aferra a mi alma cada vez que la escucho… haciéndome feliz una y mil veces cuan niño recibiendo un caramelo.
Quiero escuchar por toda mi existencia esa bella canción, fundir nuestras ansias en suspiros y, así, foliar lo nuestro en páginas perpetuas como un canto a la vida.
PABEDIZ