Pergeño momentos en la claridad
que la oscura noche
facilita a los pensamientos,
provoco a la angustia,
haciéndole un guiño a la locura,
motivando fantasías
que esgriman a los sueños
de un sin fin de argumentos,
socios de la imagen
de tiernas caricias
y besos que aun no tengo,
de miradas fugase
que detienen el tiempo
e invitan a internarse en relámpagos
de ensueños, anhelos
y de excéntrico deseo
de abrigar tu piel
con la avaricia del mar
que en las noches absorbe al cielo.