Señor: Dame la luz que necesito,
porque no quiero errar en tu doctrina,
hazme como el minero que en la mina,
excava aun de rodillas el granito.
Despierta en mi la sed y el apetito,
para buscar tu voluntad divina,
no me permitas nunca la rutina,
mientras avanzo en luz por cada escrito.
Traza el mapa que me lleve a tu nombre,
yo quiero abrir mis labios y que tú hables
perdón y libertad, ¡buena noticia!.
Toma mis pies y con mis pasos de hombre,
llévale al encontrado ya culpable
de tu amor, tu verdad y tu justicia.