Está noche te dejare un verso que te llegue hasta los huesos.
En paredes de mermelada, tu lengua quede endulzada, azucarada con ganas de neutralizarte con la mía salada.
Para que tus pensamientos se desahoguen y en medio de este mar de ilusiones y desilusiones yo sea ese antojo que calme tus emociones.
Irnos en un velero imaginario, mientras recorremos todo el diccionario de tus secretos, sabes que para eso tengo talento. De ese del bueno, el que no se imita, como una arepa con aguacate y atun para tu lengua fina. Descansa, vuela muy lejos y que en tus sueños, yo este presente como el ingeniero que construya tu castillo, ilumimado por de tus ojos su brillo.