Degustemos lo mejor,
empapemonos de aquello
valioso para el interior;
y que broten los frutos!
dejemos de ser suelo yermo.
Descolgando los fetiches,
se desvanecen evadiendo
superficiales y vanos vacios;
procrean las conjunciones,
imprimen un manifiesto.
¿Desangelado yo?
busca a otro y díselo!
creo en esta tierra,
tengo fe en el amor;
y con este credo,
por esta fe,
compone girando,
la enorme rueda,
esa que fecunda,
no la moribunda,
sacando de la chistera,
un universo fraternal.
Deseo e invoco,
perdurar aquí,
en esta hora;
expandiéndome.
Prosperarán
en las espaldas
grandes alas,
las agitaré
por conservar
a la más pura
y crédula
de la infante inocencia;
no cejaré de aletear,
claro está mi destino.
Alas que no traban,
me permiten alzar,
planear y hasta volar,
eximido de carencias
de absoluta fealdad,
entendiendo una verdad
confirmada, sin palabras.
Fuertes y limpios
se desempañan,
y confian.
Virginales y desnudos,
no se averguenzan,
y asimilan.
Despiertos como nunca.
No se achiquen,
tus hermosos
y grandes ojos.
Quiero deseando,
estén atentos
para el disfrute,
luminosos.
Como yo los conozco,
sé que son....
auténticos,
esplendorosos.
Observo la brillantez
de tu tostada piel,
reluciente, pletórica
de felicidad;
es y será,
por encontrar
y encontrarte.
Sé, que has descubierto
una posibilidad,
la de la pulcritud
esteloplanetaria
e inherente
en la magia.
Escondida dentro,
inmersa en todo,
liberando a cada rincón;
recorriendo espacios,
deleitándose,
brinda estaciones
a quien la encuentra,
no pesa en ella el desespero,
salva, protege
suelda y calma augura.
Sorpresa....grata sorpresa!