Sobriedad del delirio,
bajo manto de silencio,
incinero en el dulce fuego
de las palabras que tu voz entona...
melodia angelical,
embriago en bares de deseos,
sentado en el lumbral de recuerdos,
divagó en la copiosa ansiedad,
sumiso a las órdenes de los sueños,
fugitivo furtivo de la realidad;
de la historia,
el más grande de los imperios,
es más pequeño
y con menos poder de fuego
que el roce de la piel
de nuestros cuerpos,
protegido eficazmente por caricias
y regimiento de besos...
las fronteras resguardadas
por ternuras
y detrás de la coronada pasión,
fieles esclavos...los suspiros.