El éxtasis que produce
el estar vivo, aun
cuando la muerte
ha devorado al alma,
es tan inexplicable,
tan inestable el convivir
con la razón
y la demencia en la mente,
con una conciencia
que lo juzga todo
sin tener
ningún derecho a hacerlo,
la mar y el firmamento,
son el único paisaje
que puedo observar,
son tan variables
como tu alma,
me recuerdan a ti,
al menos aquí, el silencio
no me hace ningún daño,
el viento
en constantes murmullos,
me distrae de los crueles
catalépticos pensamientos,
sonámbulos de la tristeza,
y de la ira,
la soledad no existe,
el temor tampoco,
todo es distinto e igual a la vez,
no me inmuta nada
dentro de la nada;
en los momentos de fatiga,
descanso mis fuerzas
y la de mi embarcación,
arrojando tu corazón
ancla que detiene el movimiento
el cual me incita en tentación
la mar a navegar,
...en esos instantes,
alimento a la misma
girando el timón
con indiferencia,
mientras tú corazón
se estaca en algún coral
que con lastima y pena
rasga la piel pandorga
de tu inocencia maldita.
La tarde muere,
es hora de levar anclas,
estrellas salvajes
me guían hacia un rumbo nuevo,
sigo sin creer en el destino,
ahora ellas
son las únicas en quien confío,
mientras, mar adentro mi alma
invoca una nueva tempestad,
a quien retar en un nuevo duelo
pacto de amor y de sangre,
es tan inexplicable,
tan inestable el convivir
con la razón
y la demencia en la mente,
con una conciencia
que lo juzga todo
sin tener
ningún derecho a hacerlo;
te echo al mar
solo cuando exhausto estoy
de la monotonía que me guía
por esta odisea,
travesía del amor,
…el agua purifica, santifica,
lava todo error y pecado,
tu corazón es el ancla
que detiene mi trayectoria
cuando exhausto estoy,
es esos instantes, alimento a la mar
arrojándote a la misma,
muchas veces no tocas el fondo
y de nada sirve tu ayuda, el objetivo,
la misión nueva que tienes,
es la que Dios me obliga a darte,
ineludible a volver a navegar
tengo que asumir lo que fui y soy,
obligados por fuerzas extrañas
a lo que fuimos,
los dos tenemos que asumir
la decisión a la que tus fantasmas
nos condenaron
en nombre del bien y del mal.