A veces y solo a veces tenia la dicha,
la fortuna de volverme a cruzar con sus pupilas siempre luminosas,
de olvidarnos de nuestra calamitosa y aireada historia,
de ser quienes fuimos, de reirnos,
de ver su mirada atenta y luminosa
conjugada con sonrisas y resoplidos,
asteriscos mágicos, sus labios en puntos suspensivos.
Encontrarlo ahí, a veces nítido a veces difuso,
sin claros oscuros, solo almas.
Ahí en ese recodito y renombrado rincón de luz y esperanza
donde habita la memoria y los sueños en clave compartida, fusionada,
entropia y color.
Ahí en sueños divinos tu esbelta figura
se suele dibujar cuando las venturas de la vigilia
y las buenas rachas de tan morontial existencia
me llevan a tus brazos, una vez más.
Se que seguiremos juntos mientras vivas en mi memoria y tu corazón comparta latidos con el mio
como algun dia fueron al compas dos hamacas, dos niños jugando a quererse, creyendo en el destino.