Quisiera pedirte perdón por todo el dolor que nos causamos,
por todo el daño que te ocasione.
Discúlpame por todas aquellas veces en las que en vez de buscar una solución salí corriendo
y por todos aquellos días en que pedías al menos un abrazo sincero y yo para ti, nunca tuve tiempo.
Muchas son las heridas que yo también llevo en el pecho pero seamos honestos,
buscar un culpable sería una perdida de tiempo.
Estoy aquí para decir la verdad,
para admitir una derrota que por mucho tiempo
ambos quisimos callar.
Te amo pero lo nuestro ya no tiene solución.
Hemos peleado tantas batallas que el cansancio por fin nos venció
y estoy harto de que las cosas en vez de hacerme sentir mejor solo me hagan sentir peor.
Te amo tanto que estoy dispuesto a dejarte ir pues al parecer no eres la indicada ni yo lo soy para ti.
Intenté por todos los medios aferrarme a lo nuestro e intentar un día más sostener está situación,
pero ya es tan complicado, tan cansado, desgastante que prefiero cerrar los ojos
y admitir que lo nuestro
por más que lo intentemos ya está condenado.
Te recordaré por lo que fuimos,
por lo que eres y serás, pues aunque pasemos de un día a otro a ser un par de desconocidos
que algún día se pertenecieron, a partir de hoy no serás más que el recuerdo de alguien a quien alguna vez amé y ahora pretenderé olvidar.