En estas noches de verano bajo un cielo de luna llena y plateadas estrellas, nos iluminan cuando paseamos los dos cuerpos a cuerpo y cara a cara, por la orilla del mar y sintiendo el frescor de las arenas con las olas que descansan en nuestros pies.
En varios momentos nos paramos, nos miramos y el reflejo del mar iluminaba tus ojos, mis manos se cubrieron con tus rubios cabellos y mirando al mar nos besábamos sin cesar, seguimos paseando y te vi hablárles a las olas, al mar, al firmamento, estabas radiante de amor esta noche.
Nos sentamos en las arenas, la noche lo pedía a grito, fuimos muy obedientes y nos tumbámos cerca de la orilla, nos embriagamos con nuestras caricias, nuestros besos, la luna seguía iluminando tu cara y tu cuerpo, pasaron las horas y nos quedamos para ver aparecer el alba sobre la playa y nos sorprendió el sol con la unión de nuestros cuerpos,
Tú ya no le hablaba al mar, todas tus palabras abrazos y besos eran para mí, yo quede quieto observando la fuerza de tu apasionado amor hacia mi cuerpo, mientras los primeros rayos de sol lograban convertir tus cabellos en finos hilos dorados y el moreno de tu cara y tus senos le daba nueva luz al día.
© José Cascales Muñoz
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13 de Julio 2017