Te observo y me reconozco en tu yo, en mi tu.
Complemento de un sueño no vivido,
de un deseo consumado en el más intimo estar de un anhelo.
Se desborda la energía atrayente entre nuestras almas al encuentro,
hasta hacerse más profunda la distancia de nuestros cuerpos.
Me anido en el regazo dimensional de este ahora inexistente,
mágico momento en el que nuestro aliento se besa,
en el infinito jamás del eterno por siempre.
Fluyen desnudas mis letras para ti,
mística esencia varonil que me embriaga a su paso.