Cuántas veces me dije...nunca más.
Aún yo lo recuerdo.
Cuántas veces crucé las aguas del
Nilo, en su propia sangre;
sólo para escocer de sal tu herida.
Cuántas veces la horda de unas voces
se cruzó tiritando
en solemne silencio a suplicarnos:
«¡Venid, que hoy morirán!»
Y cuántas veces dimos formas al
orbe; buscando paz.
Cuántas veces lloramos al amor.
Pero...yo te amaré.
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David John Morales Arriola