Y qué importa
que no te tenga,
si aún en la lejanía,
te abrazo
en mis noches;
me haces feliz
tan sólo
con pensarte;
por ti,
amo todo
lo que veo;
no existe
momento
en que falte
tu esencia.
Y que importa
que no te tenga,
si tu risa
es mi poesía;
si cada vez
que respiro
eres mi auxilio.
Y que importa
que no te tenga,
si al fin y al cabo,
tu esencia
es presencia;
y no eres un sueño;
porque te amo,
sin ser tu dueño...